- Para todos aquellos que piensan que todo esta cambiando... pero a peor y crean (y pretendan convencernos) de que NO HAY NADA QUE NACER salvo dejarse arrastrar por la marea y malvivir.
- Para todos los que desaniman sin piedad a quienes pretenden moverse, crear, desarrollar, abrirse a nuevas ideas, proyectos o fórmulas con frasecitas del porte: "eso no va a pitar", "sí, seguro, el listo", "te vas a estrellar" "Pero ande vas".
- Para todos esos que luego, cuando tengas resultados, hablarán de suerte, leed al maestro.
Querida Francesca.
Te escribo esta carta para hablarte del futuro. Lo veo a través de la lente de mi mundo. A través de la lente del cine, que ha estado en el centro de ese mundo.
Durante los últimos años me he dado cuenta de que la idea del cine con la que crecí, la idea que reside en las películas que te he mostrado desde que eras niña y que estaba tan en boca de todos cuando comencé a rodar, se acerca al final. No me refiero a las películas que ya se han hecho. Me refiero a las que están por venir.
Me conmueven también los artistas que consiguen hacer sus películas en todo el mundo, en Francia, en Corea del Sur, en Reino Unido, en Japón, en África. Cada vez es más difícil, pero siguen haciendo películas.
Entonces, ¿por qué el futuro es tan brillante? Porque por primera vez en la historia de esta forma de arte, se pueden hacer películas por muy poco dinero. Algo absolutamente insondable cuando yo crecía, y las películas de presupuestoextremadamente bajo siempre han sido la excepción, en lugar de la regla. Ahora es al revés. Puedes crear hermosas imágenes con cámaras que te puedes permitir. Puedes grabar sonido. Puedes montar, mezclar y hacer corrección de color desde tu casa. Todo eso es ahora posible.
Pero con toda la atención que se está depositando en la maquinaria de la creación de películas y en los avances que nos han llevado a una revolución cinematográfica, hay que recordar una cosa importante: las herramientas no hacen la película, la haces tú. Es liberador coger una cámara, empezar a rodar y juntarlo todo con Final Cut Pro. Pero hacer una película, la que tú necesitas hacer, es otra cosa. Y ahí no existen los atajos.
Si John Cassavetes, mi amigo y mentor, siguiera vivo hoy, estaría empleando con toda seguridad todo el equipo que hay disponible. Pero me diría lo mismo que me ha dicho siempre — tienes que estar absolutamente dedicado al trabajo, dar todo lo que puedas de tí mismo, y proteger la chispa de la conexión que te llevó a rodar la película en un primer momento. Tienes que proteger esa chispa con tu vida. En el pasado, como las películas eran tan caras, la protegíamos contra el cansancio y los compromisos. En el futuro, tendrás que protegerla de otro factor adicional: la tentación de seguir la corriente y permitir que la película derive, y naufrague.
No es solo una cuestión de cine. No hay atajos para nada. No digo que todo tenga que ser difícil. Solo digo que la voz que te da la chispa es tu propia voz – esa es la luz interior, que dijeron los Cuáqueros.
Esa eres tú. Esa es la verdad.
Con todo mi amor,
Papá.
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